sábado, 29 de septiembre de 2012

...150 años no son nada

Gustave Doré
Quería hacer una comparación entre el urbanismo industrial europeo del siglo XIX y el de las nuevas áreas productoras del siglo XXI, fijándome en el paradigma de la ciudad prohibida de Foxconn, en Senzhen, China, y poniendo el foco en la relación que hay entre ordenación espacial y calidad de vida de los habitantes/trabajadores... pero en el lugar en el que se fabrican 300.000 cámaras para iPad al día, sus 400.000 trabajadores tienen prohibido hacer fotografías, así que la búsqueda de referencias ha resultado totalmente infructuosa, y, aunque la zona es visible en Google Earth, por supuesto no hay disponible, ni la habrá, vista de Street View.

Foxconn es opaco, así que nada, ahí queda al menos la intención, a la espera de que algún periodista de investigación le eche valor y se trate de infiltrar algún día.




martes, 4 de septiembre de 2012

World Urban Forum

Nápoles: vitalidad, caos, pandillas de niños felices jugando en las calles, conductores molestos, enjambres de motoristas que buscan sus atajos por encima de las aceras, turistas entre asustados y fascinados, suciedad, parejas enamoradas que ocupan cada banco y esquina, un puerto enorme y obsoleto que oculta la vista de la bahía y de Capri, pero sobre cuyos silos asoma el Vesubio, tan próximo.

Conocí la organización de Naciones Unidas centrada en el estudio de asentamientos humanos, UN-Habitat, a raíz de sus premios a las mejores prácticas, a los que todo urbanista aspira. Años más tarde he tenido la oportunidad de asistir a su 6º forum, celebrado bajo el lema "the urban future". En él se han analizado los retos y dificultades que afrontan las ciudades del presente, y su tendencia a agudizarse ante la ola de crecimiento urbano (en muchos casos desordenado) que se prevé. Se ha realizado un diagnóstico bastante certero de los problemas, en torno a la preocupación común por hacer extensivas la prosperidad y la equidad, pero si algo echo en falta ha sido una batería de soluciones y propuestas sobre las que debatir, o al menos el análisis de casos de éxito. Por otro lado, y sin querer insinuar que lo siguiente guarde relación con lo anterior, la composición de los ponentes ha sido la simétrica a la de otros foros a los que he asistido recientemente: había una gran presencia de organizaciones civiles de base (asociaciones ciudadanas, ONGs, etc.), bastante representación gubernamental (administraciones locales ante todo), pero escasísima asistencia del mundo empresarial.

Me voy con ganas de hacer todo lo que modestamente esté en nuestra mano para contribuir a que eso cambie, pues las mejores soluciones surgen siempre de la colaboración entre todas las partes de la sociedad, empresas privadas incluídas, sin duda.