miércoles, 23 de octubre de 2013

Prospectiva urbana.



Las ciudades europeas afrontan un futuro en el que seguramente el centro de gravedad económico va a alejarse del continente. Este hecho, unido a la actual coyuntura, produce desasosiego entre sus ciudadanos. Existen además otras amenazas importantes, como el más que probable escenario del fin de la energía barata basada en el petróleo, o el cambio climático, así como debilidades intrínsecas: estructura demográfica, desequilibrios territoriales, pérdida relativa de competitividad.

Sin embargo no hemos de dejar de valorar que nuestro punto de partida es realmente privilegiado. Debemos ser conscientes de las virtudes de las ciudades y de la sociedad europea, sobre las que podemos cimentar un futuro que garantice la prosperidad y el bienestar de sus ciudadanos: 

1| Fortalezas en la configuración urbana
  /ciudades compactas
  /centros urbanos equilibrados y vitales, diversidad de usos y de actividades
  /buenas redes de transporte público
  /participación creciente de las energías renovables en el mix de producción.
  /correctos niveles de eficiencia y de bienestar, como consecuencia de todo ello

2| Fortalezas socioeconómicas y culturales:
  /elevados niveles educativos, cierto grado de concienciación medioambiental
  /sociedad cualificada e innovadora
  /gran patrimonio arquitectónico y artístico, elemento básico como tractor turístico
  /gran patrimonio en dotaciones e infraestructuras (pero también con grandes cargas de mantenimiento)  
  /experiencias de relativo éxito en el crecimiento y en las transformaciones pasadas: absorción de la inmigración campo-ciudad, paso de una economía industrial a una de servicios, integración de la inmigración transfronteriza.

Considerando lo anterior ¿cómo es deseable que se transformen nuestras ciudades en las próximas décadas?
En primer lugar, en el ámbito de la intervención física, ésta ha de basarse en la rehabilitación de ámbitos urbanos consolidados: Europa afronta retos muy diferentes a los del resto de continentes, ha de acometer la renovación de sus ciudades, en lugar de crecimientos expansivos que son difícilmente justificables tanto en términos de demanda de nueva vivienda (ausencia de previsiones de crecimiento demográfico), como en términos medioambientales (el esparcimiento y la ocupación ineficiente de suelo resultan  incoherentes con la existencia de espacios urbanos en excelentes ubicaciones e infrautilizados). En el proyecto y ejecución de este tipo de intervenciones deben considerarse múltiples condicionantes, ya que generalmente es más sencillo proyectar desde cero nuevos desarrollos urbanos, como toca hacer en Iberoamérica, Asia o África, que transformar ciudades preexistentes.
En paralelo se identifican los siguientes campos de mejora en la gestión urbana:
  1/soluciones tecnológicas aplicables a los ciclos "físicos" del metabolismo (agua, energía, movilidad, logística y RSU)... es aquí donde se centra el discurso en torno a las smart cities, porque sobre las respectivas redes de infraestructuras es sencillo medir, evaluar y corregir  ...pero el siguiente punto responde mucho más directamente a las demandas de la sociedad

   2/solución de problemas no vinculados a flujos físicos (no tan fácilmente abordables con una aproximación tecnológica): acceso a la vivienda, educación, sanidad, configuración de entornos menos hostiles a las poblaciones extremas (niños, ancianos, discapacidatos), dinamización económica y por tanto creación de empleo. ¿cómo aplicar las soluciones Big Data en estos campos?

Apunto tres tendencias clave que ya desgranaba en anteriores entradas, con gran influencia sobre el modo de abordar soluciones a esta segunda familia de cuestiones:

/Sociedad interconectada: proyectos crowd/colaborativos y de puesta en común de conocimiento (ejemplos: censo de viviendas vacías, medidores de contaminación que todos podemos poner en nuestra ventana); datos y conocimiento abierto (desde el modelo coursera de acceso a la educación, a las plataformas de datos abiertos que permiten construir sobre ellas nuevos servicios), cambios en los patrones de consumo de información y noticias (RRSS vs medios de comunicación tradicionales), etc. Además, una sociedad interconectada es en consecuencia una sociedad generadora de datos, lo que nos lleva al siguiente punto...

/Nuevas capacidades de interpretación de la realidad urbana: empleo de grandes flujos de datos geoposicionados y ordenados en el tiempo, que pueden hacer aflorar redes no evidentes, relaciones espaciales y temporales que, una vez conocidas, pueden ser la base para estructurar nuevos servicios, para optimizar los ciclos urbanos e incluso para optimizar la configuración espacial de las ciudades. Hoy en día los planificadores y la gestores urbanos cuentan con nuevas herramientas para la toma acertada de decisiones, y esto es sin duda una oportunidad.

/Nueva economía/nuevos servicios: paso del valor de propiedad al valor de uso (toda la familia de iniciativas de sharing); teletrabajo, flexibilidad, diferentes necesidades de movilidad, mejor conexión oferta-demanda por microsegmentación, mayor intercomunicación entre consumidores y por tanto mercados más transparentes; apertura de nuevos canales de comunicación cliente-proveedor, mejor interpretación de las necesidades y por tanto mayor influencia de los usuarios en la configuración del producto, lo que puede devenir en el paso del consumo masivo de productos homogéneos al consumo responsable y pertinente de servicios y productos particularizados para los distintos tipos de usuario final.


Todo ello empieza a ser una realidad ya, ¿cómo influirá en el mundo que veremos en el horizonte próximo?, los ciudadanos seremos testigos de ello, pero también, cada vez más, agentes y protagonistas del cambio.