jueves, 19 de abril de 2012

Ideas, ideas, ideas...

La magia del capitalismo: satisfaga una necesidad y tendrá el premio de hacerse rico... eso si no se le adelanta otro antes.

No es por alardear de sentido común (que también), pero es que ya van muchas, seguro que os ha ocurrido alguna vez ver realizada una visión "vuestra":

Allá por el siglo pasado, cuando supe qué era eso del Autocad y empecé a manejarlo para el proyecto fin de carrera, lo primero que pensé fue "¿y por qué no crear una base cartográfica que no acabe en los límites del municipio sobre el que estoy centrado?, de acuerdo, ese mapa, resultado de empalmar una con otra todas las hojas 1:50.000 con las que entonces trabajábamos, pesaría tantos terabytes que no habría disco duro que lo soportase (por entonces), pero si la información se descargase de internet a medida que haces zoom, problema resuelto": al par de años nació Google Earth, lo que supuso un salto de gigante para nuestro trabajo como urbanistas.

Otra: año 2009, sin saber qué era eso del car sharing, que por lo visto empezaba a rumiarse en algunas ciudades de Europa, y convencido como estoy de que en el futuro, por condicionantes económicos y medioambientales quizá debemos adaptarnos a una "economía de guerra sin estar en guerra", escribía esto en una nota de FB (aún no había abierto el blog): 

"En otros países se ha externalizado el ciclo de la colada, casi nadie tiene lavadora ni plancha en casa, y tiran de tinte o de instalaciones en las zonas comunes de los edificios.
Pues bien, ha de llegar la hora de vaciar los aparcamientos de nuestras calles de coches sin uso y pasar al uso compartido de un número mucho menor de vehículos… de hecho, desde siempre ha existido una mancomunidad del servicio de transporte (con chófer), ¿qué son los taxis si no?, pero su precio no es del todo competitivo por la renta del taxista (poca gente se plantea prescindir del coche para tirar de taxi toda su vida, quien lo hace generalmente es porque no tiene carnet). Creo que la solución pasa por hacer extensivo el alquiler del vehículo, sin papeleos, pasando tan sólo una tarjeta de cliente o mediante pago con el móvil, como quien alquila una bici, la tomo aquí, la devuelvo allá… con oficinas de alquiler de proximidad y sobre todo, a través de un cambio de cultura que nos libere del afán de posesión de nuestra máquina más contaminante, tanto en su fabricación, como en su ciclo de vida y finalmente a la hora de su desguace. Las cuentas salen: los 20.000€ de adquisición de un vehículo que quizá tan sólo vas a usar ciertos fines de semana (¿30 fds/al año?) y durante las vacaciones (¿tres semanas/año?)->80 días/año, a 40€/día, dan para alquilar durante más de 6 años, y liberarte del coste de mantenimiento, seguros, aparcamiento, etc. que no hemos tenido en cuenta."

...pues bien, ayer me vino Adriana con este folleto: www.bluemove.es

La próxima será una idea que puede parecer peregrina, pero cuyo éxito creo que presenciaremos en un escenario >200$/barril... el resucitar del dirigible:
1) en sustitución de muchas de las funciones del helicóptero (control y vigilancia), 2) como modalidad de viaje tranquilo y luxury (mismo cliente que el transcantábrico), o 3) como transporte eficiente (el "barco del aire" tiene la menor ratio combustible/tonelada movida que pueda imaginarse), pero claro, otra vez será alguien con más pasta quien se adelante.