domingo, 7 de febrero de 2021

La cultura del procomún en internet

Hay dos figuras que me llaman especialmente la atención en el mundo de la tecnología: se trata de Richard Stallman y de James Wales.

El primero es el abanderado del software libre, movimiento que ha dado como frutos el servidor HTTP Apache (el más extendido para alojar páginas web), el sistema operativo GNU/Linux, o el navegador Firefox, de la comunidad Mozzilla; en 2015 tuve ocasión de presenciar una conferencia suya en el ITAM de México en la que, en un muy correcto castellano, desgranó uno a uno los argumentos de este movimiento. Cuatro años más tarde se vio forzado a dimitir de sus funciones en el MIT por relativizar la gravedad del escádalo Jeffrey Epstein, pero eso está fuera de la cuestión de la que quiero tratar. 

El segundo es el creador de Wikipedia (aunque la polémica sobre una co-autoría con Larry Sangers está en el aire), egos aparte, la historia del proyecto es todo un caso de estudio. Wales fue un inversor de éxito al principio de su carrera, pasó de la bolsa al mundo tecnológico para probar con una página de contenido erótico en primer lugar, y con una enciclopedia digital a continuación. Este proyecto precursor de Wikipedia se llamaba Nupedia, y contaba con Sangers como editor jefe en plantilla para dirigir la revisión exhaustiva -según un proceso de siete pasos- del trabajo de los voluntarios que redactaban los artículos. De 1999 a 2000, en su primer año de vida, Nupedia publicó tan solo 21 artículos. Wikipedia nació en 2001 como una iniciativa lateral, un soporte para acelerar la publicación de artículos en Nupedia creando un proceso mucho más ligero de peer review no dirigido. En su primer mes 200 artículos vieron la luz. En el primer año 18.000 ¿se resintió la calidad respecto a esos primeros 21 artículos de Nupedia? sin duda, pero en breve se demostró que si el proyecto quería escalar y cumplir el propóstito de democratizar el conocimiento para todo el mundo, la hija debía devorar a la madre: Nupedia se cerró en 2003. Además, en el largo plazo se ha demostrado no solo la capacidad del enjambre de editores voluntarios para publicar un gran volumen de información, sino también la rigurosidad del resultado.

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Lo que me sorprende de ambos personajes -Stallman y Wales- es que a priori los agrupaba en universos ideológicos similares, y resulta no ser así: Richard Stallman es un declarado altermundista, mientras que James Wales se manifiesta objetivista

Vayamos primero con las coincidencias: tras ambas iniciativas, sofware libre y conocimiento libre, hay una forma de creación de contenido que ha demostrado la capacidad de los procesos descentralizados para llegar a resultados tan impactantes como los logrados en los procesos de planificación central de las grandes empresas o gobiernos, y todo ello a una gran escala. Esta visión anarco-libertaria, en definitiva, es algo muy alineado con las ideas de Friedrich Hayek: el análisis de la creación por procesos espontáneos -la génesis y evolución de los idiomas es un gran ejemplo al respecto, otro sería la conformación de precios en un mercado libre- fue lo que le valió el premio Nobel de Economía en 1974 (curiosamente en política Hayek no era tan reticente a la "centralización de decisiones" que suponían determinados regimenes autoritarios).   

Si bien Wales y Stallman coinciden en creer en los sistemas descentralizados como formas organizativas autogobernadas por una jerarquía meritocrática entre los miembros de la comunidad, en lo que difieren es en los incentivos que pueden mover a los miembros de dicha comunidad. 

Aunque el software libre permite establecer modelos de negocio sobre el mismo, la principal motivación de sus participantes sería, según Stallman, el altruísmo: la contribución al ideal de que todo el software debería ser libre, tras lo cual desgrana esta otra serie de incentivos. Por otro lado este artículo recoge los resultados de una encuesta a desarrolladores de Linux, y las motivaciones halladas son, por orden: 

  • el reconocimiento como expertos
  • el tratar de resolver necesidades propias como usuarios del resultado
  • la disponibilidad de tiempo para ser volcado en algo que ven no como un trabajo, sino como una afición.

Sin embargo Wales, como fan de Ayn Rand no cree en el altruísmo, definido como un "esfuerzo que sacrifica tus propios valores en beneficio de otros", sino más bien exaltaría el individualismo o "egoísmo racional". Esto es lo que me llama especialmente la atención, sobre todo atendiendo a los hechos: 

  • Wales decidió conscientemente en 2003, cuando Wikipedia estaba en la cuerda floja tras la crisis de las .com, no monetizar la 5ª página más visitada del mundo a través de banners de publicidad insertos en los artículos, sino que constituyó la Fundación Wikimedia para sufragar los costes de la web a través de donaciones. De haberlo hecho, muy probablemente sería multimillonario, como Zukerberg, Bezos, et al
  • Wales nunca ha cobrado un salario como fundador y miembro de la junta de gobierno de dicha Fundación (que, por cierto, en la actualidad preside una española, María Sefiradi).

En definitiva, dan igual las etiquetas, los movimientos a los que uno se adhiera o incluso las declaraciones que haga... al final de todo lo que cuentan son las acciones; ante la contradicción entre las palabras y los hechos debemos siempre fijarnos en los segundos, y para mí Wales ha demostrado una gran generosidad hacia toda la sociedad: por mucho que sea reticente a reconocerlo, tenemos mucho que agradecer a su altruismo.