miércoles, 19 de octubre de 2011

Paisajes Urbanos




Aprovecho las chocantes imágenes del Prix Pictet (http://www.prixpictet.com/ hasta enero en el Botánico de Madrid), para señalar cómo podemos los profesionales del urbanismo mejorar la escena urbana desde sus primeras fases de gestación. Para lograrlo son fundamentales al menos tres cosas:
-Un buen proyecto de urbanización.
-Disponibilidad presupuestaria.
-Convencer al cliente (promotor) de que ejecutando un buen urbanismo se genera un mejor producto final (ya que un aspecto positivo de la crisis es que ya no se va a vender cualquier cosa).

... y generalmente sólo controlamos totalmente la primera, así que, dentro de lo que está en nuestra mano, veamos qué buenas prácticas podemos aplicar al "hacer ciudad":

1/El estudio de la topografía y de los movimientos de tierras no debe limitar la intervención a la caja de viario, sino que se tendría que extender el rasanteo a las parcelas colindantes para evitar parcelas colgadas contenidas por muros. En Madrid esta mala práctica la encontramos en calles tan significativas como Herrera Oria o Silvano, el adjetivo "cutre" se queda corto. Para más inri la dimensión de la acera es ridícula en ambos casos, y por tanto la separación a calzada hace inexplicable que estos unifamiliares se hayan vendido... pero claro, es que antes todo se vendía:







2/Dada la tendencia a la "bunkerizacion" del promotor y del usuario español, tendríamos que evitar hacer colindar parcelas residenciales (o de cualquier otro uso) directamente con zona verde, porque el resultado es una trasera sucia rematada con muro grafitero (no soy antigrafitero, que viva Banksy, pero no es éste el mejor lugar).




3/Hay que resolver las interferencias de las infraestructuras preexistentes con el crecimiento de la ciudad, afortunadamente esto ya está regulado, pero sin embargo persisten ejemplos de museo de los horrores:













4/Las nuevas instalaciones deben integrarse lo mejor posible, aquí vemos el contraste entre una antigua subestación eléctrica (c/Sinesio Delgado), y una nueva, compacta y con envolvente (Barajas):






















Por último hablemos brevemente de la célula mínima de la ciudad, los edificios:

Problema nº1: las ordenanzas hacen ciudad, de ellas depende en gran medida la escena urbana, y sin embargo no les prestamos mayor atención al redactar Planes Parciales o Generales, parece que las metemos de relleno ¿¿??. Posteriormente el incumplimiento de las ordenanzas de estética, y la forma en que los vecinos atentan contra las fachadas, rompiendo la homogeneidad inicial, queda impune. Transcurridos pocos años, cada uno ha hecho de su capa un sayo, (que viva el individualismo), a costa de manchar la imagen de nuestras ciudades. Faltan vigilancia y más sanciones... con el agravante de que la administración nunca actúa de oficio.



Problema nº2: ya puertas adentro nos encontramos con la aburrida homogeneidad del producto inmobiliario en España, en el que sobre todo se valoran la ubicación y cuatro acabados superficiales, sin darse una diferenciación por tamaños o distribuciones originales. Las mismas puertas de 70 cm, los mismos pasillos de 90cm, las mismas cocinas alargadas y mínimas en un piso de VPP que en uno anunciado como "de lujo" ¿¿¿???

Dejo cosas en el tintero, hay muchos otros elementos que afean nuestras ciudades: los solares sin uso durante años, circundados por vallas publicitarias (solares por cierto en la mayoría de los casos municipales...  hay miedo a ajardinarlos o implantar huertos de manera provisional, porque a ver cómo se revierte esa situación para edificar un equipamiento, pasado un tiempo), o las zonas terrizas, en un país en el que la vegetación no logra tapar la porquería, como ocurre allende los Pirineos.

En definitiva, además del factor estético hay otros muchos aspectos (funcionales) que trataré de tocar en posteriores entradas (movilidad, metabolismo urbano, etc), en cualquier caso, resaltar los problemas allá donde miremos es el primer paso para lograr que mejoren las cosas.

domingo, 9 de octubre de 2011

Otros mundos

Como un niño en una juguetería, voy saltando de estante en estante... y entre los bandazos que pego de uno a otro asunto de los que atraen mi curiosidad, hoy vuelvo a la astronomía recordando una pregunta que me entretuvo un tiempo hace muchísimos años: ¿cómo será la apariencia de otros planetas?. Me refiero a planetas rocosos, como la Tierra, claro (es absurdo preguntarse por el aspecto "a ras de suelo" de planetas gaseosos como Júpiter o Neptuno, pues no tienen superficie sólida, y en su atmósfera no se percibe más que una espesa niebla que no logran romper los tenues rayos del Sol, tan lejano allí).

Seguro que os habéis preguntado alguna vez cómo serían los paisajes más llamativos en otros planetas extrasolares habitables por nosotros (venga, sacad ese pequeño trekkie que lleváis dentro). Pasemos de puntillas por otros componentes de aquello que llamamos "paisaje" (luz, color) y vamos a centrarnos en la orografía, ¿cómo se crea?.

El primer día de clase que nos hablan de geomorfología (capítulo 1, lección 1,página 1) nos cuentan que los elementos naturales generadores de la variedad de paisaje son: 1) la actividad geológica (sin una corteza flotando sobre un manto fundido hay poco de qué hablar en cuanto a orogenia, así que nuestro candidato no debería estar geológicamente "muerto"), 2) el clima (gracias a la última glaciación tenemos los valles alpinos y fiordos más maravillosos, la erosión es fundamental), y por último 3) los impactos de meteorítos (cuya huella en la tierra es borrada enseguida por un manto de vida y por la acción del clima, y sin embargo no hay más que mirar a la luna para apreciar su importancia).

Bien, una vez creadas las cordilleras, cañones, cortados y acantilados, ¿qué hace que lleguen a ser más o menos abruptos, y que duren más o menos tiempo?. De entrada cabría pensar que cuanto más grande sea un planeta, nos podrá ofrecer paisajes más espectaculares, y sin embargo seguramente* sea justo al contrario, porque un planeta mayor tendrá una gravedad también más fuerte, volviendo las grandes estructuras montañosas inestables, y haciendo más tendidos los taludes de las montañas y de las cuencas y cárcavas, aplanando en general toda su topografía. Nos encontramos además con otro factor que resta espectacularidad a un planeta gigante: a mayor gravedad, habrá también una atmósfera más densa, lo que a su vez haría más turbio el aire y nuestra percepción sería mucho peor... como lo es en el agua, donde rara vez la visibilidad supera unos pocos metros.

*No obstante por otro lado, la erosión será también más intensa en un gran planeta, pues la lluvia alcanzará mayor velocidad límite al caer... y la misma duda cabe respecto a la claridad del aire, ¿qué influye más, la densidad de la atmósfera o la atracción de la gravedad sobre las partículas finas?


En fin, mañana es lunes y hay que madrugar, lo dejo aquí, que me he enrollado demasiado para contar al fin y al cabo que, si queremos pensar en paisajes realmente "fotogénicos", seguramente debemos imaginarlos más en pequeños hermanos tipo Marte que en los enormes planetas rocosos que se están encontrando como champiñones (no porque abunden más que los pequeños, sino porque son más fáciles de detectar).

Ah, y ahí van unos enlace interesantes: http://www.psi.edu/pgwg/
http://www.espacial.org/planetarias/astrobiologia/planetas_habitables.htm