miércoles, 18 de agosto de 2021

Cambio de ciclo

El pasado 31 de julio de 20201 dejé BBVA para retomar mi actividad como ingeniero urbanista, quiero poner mi foco en mejorar la sostenibilidad de nuestras ciudades, algo que llevaba tiempo echando de menos.

Como dice Yuval Noah Harari, todas las instituciones sobre las que se construye nuestro sistema social son ficciones útiles: el dinero, las leyes, las naciones, las empresas… lo único real tras esos convenios son las personas, y en este sentido guardo un enorme agradecimiento a tantos profesionales excelentes como me he encontrado en este camino, y ante todo a los que me han asesorado mientras tomaba esta decisión. Atrás dejo un equipo de compañeros extraordinario para explorar nuevos/viejos caminos.

Me incorporé en 2012 al proyecto de Smart Cities del Centro de Innovación en la Plaza de Santa Bárbara de Madrid; disfruté muchísimo en esa línea de trabajo, abriendo colaboraciones con el MIT Senseable City Lab, el Ayuntamiento de Madrid, SECTUR, United Nations Global Pulse o Segittur entre otras entidades.

Por otro lado, fue una fantástica experiencia nueva para mí ejercer de product owner en el desarrollo de aplicaciones móviles y de escritorio, y en servicios API, diseñando y poniendo requisitos sobre los que el equipo de desarrollo aplicaba su magia para hacerlos realidad. También me di cuenta es esta aventura de lo duro que es el camino de la innovación, de qué pocas aplicaciones llegan a estar en producción, y de lo efímera que es la vida de los resultados de tanto esfuerzo en el ámbito digital, algo tan distinto al mundo de las obras físicas, que siguen ahí durante décadas.


Aunque esta línea de análisis territoriales estuvo activa hasta 2017, en paralelo nuestras prioridades viraron 180º con el objetivo de apalancarnos en el uso de datos y la analítica avanzada para mejorar la operativa de las unidades de negocio del banco, y acelerar así la transformación digital de una entidad colosal y compleja. En ese contexto tuve la suerte de participar en la puesta en marcha de BBVA Data & Analytics -actual BBVA AI Factory- desde su misma constitución en 2014. En la vertiente interna coordiné las iniciativas de formación en ciencia de datos para todo el grupo durante un par de años, la implantación de la metodología ágil de trabajo en D&A y contribuí a implantar una cultura de toma de decisiones basadas en datos y en la aplicación del método experimental en toda la organización. 

 

Fue un éxito y una suerte ver cómo se constituía el área global de Data en 2017, dando escala y consiguiendo el impacto global requerido. Desde entonces en la vertiente externa he tenido la oportunidad de hacer de enlace de BBVA con el MIT CISR, o de participar en iniciativas con el World Economic Forum, la Comisión Europea, o el Institute of International Finance. En los últimos tiempos desde el equipo de estrategia de datos he podido seguir de cerca las tendencias más relevantes en el plano de la regulación digital, y activar proyectos sobre compartición de datos entre entidades, o el uso ético de la inteligencia artificial. El broche a todo ello han sido siempre las acciones de divulgación interna y externa: de poco sirve un proyecto si no se comparte adecuadamente para fomentar su adopción.

Ha sido un viaje muy bonito el que me ha traído hasta aquí, y lo que tengo por delante me hace mucha ilusión. Tener flexibilidad y curiosidad es lo que me ha resultado más útil en esta trayectoria, y quiero seguir jugando esta carta de "experto generalista" capaz de unir puntos en dominios diferentes, lo que últimamente se denomina profesional tipo π.


En esta nueva etapa ahora puedo sumar a los conocimientos sobre ingeniería y urbanismo que ya tenía la experiencia que he adquirido tras 9 años trabajando en la transformación de los datos en información accionable y en soluciones innovadoras a través de la analítica avanzada. Voy a establecerme como consultor estratégico freelance, haré de traductor entre las necesidades que pueden tener las ciudades para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, y las capacidades que los ámbitos del urbanismo tradicional y las tecnologías ponen en nuestras manos para alcanzar estos objetivos. Tener conocimiento en estos dominios a priori distintos pero muy complementarios es la carta que jugaré para construir puentes entre estos ámbitos y seguir innovando.