lunes, 12 de noviembre de 2012

Densidades



He estado estos días recopilando información sobre diferentes densidades en los asentamientos urbanos. He encontrado extremos aberrantes, como el del enclave Chino de Kowloon, rodeado del territorio británico de Hong Kong, rodeado a su vez de territorio Chino, como en un macabro juego de muñecas rusas,  (1.900.000 habitantes /km²), y demolido cuando China recuperó el territorio circundante. Me ha sorprendido mucho también la elevadísima densidad de ciertos slums de Bangladesh, la India o África alguna de hasta 200.000 hab/km², o de las favelas de Brasil, en torno a 80.000 hab/km², casi increíble teniendo en cuenta que rara vez superan las 3-4 alturas. Entiendo que la alcanzan mediante un hacinamiento que hace descender la ratio m²c/habitante hasta los niveles de un grandísimo piso-patera, al tiempo que la superficie de espacio libre necesario para encajar unos mínimos caminos baja del 10% respecto al área total, con la consiguiente congestión permanente (en nuestros nuevos desarrollos esta ratio sube en ocasiones hasta el 50% como suma de viario y zonas verdes, lo cual es también desequilibrado, pues se crean espacios urbanos vacíos de contenido, y tiende a aumentar la superficie urbanizada innecesariamente).






En todo caso estas altísimas densidades no son la regla en todos los asentamientos informales, en muchos de los de Sudáfrica (Khayelitsha), México o Haití (Cité Soleil) encontramos presiones mucho menores, del orden de 11.000 hab/km² a 7.000 hab/km².





Yéndonos al otro extremo, resultan igualmente espeluznantes las bajas densidades de muchos suburbios norteamericanos, que hacen insostenible el suministro de servicios urbanos, e inviable un adecuado sistema de transporte público, o una recogida eficiente de residuos.

Para evitar que estos modelos tan desequilibrados se repliquen, desde instituciones como UN-Hábitat se lucha porque el crecimiento futuro se lleve a cabo de una manera ordenada y planificada, ante las expectativas de crecimiento demográfico y migratorio que he citado.


En el corto plazo Naciones Unidas pronostica que el número de grandes conurbaciones con más de 10 millones de habitantes pase de 23 a 37, y no sólo aumentará su número, sino también su tamaño medio.

Antes de proponer medidas basadas en la implantación de sistemas tecnológicos que requieran una considerable inversión inicial, tratemos de explotar al máximo las posibilidades de mejora en la gestión de os ciclos urbanos en base a las herramientas que ya tenemos hoy en día. El tratamiento de la información que ya está siendo generada es una de estas herramientas, que encierra múltiples oportunidades.


En el medio plazo la población urbana se duplicará, pasando en poco más de una generación de los 3.500 millones de personas actuales (50% del total) a casi  7.000 millones (75% del total). Son magnitudes difícilmente asimilables.

Me gusta ilustrar siempre las grandes cifras con ejemplos que nos permitan hacernos una buena idea de lo que encierran; en este caso imaginemos concentrada a la población urbana, esos 3.500 millones de personas, en una única ciudad con la densidad de Manhattan o Benidorm. Vemos que esta única megaciudad ocuparía en la actualidad algo menos que la superficie de Andalucía, y aunque duplicase su superficie en 2050 seguiría suponiendo un bajo porcentaje de la superficie total disponible.

Si por otro lado hacemos este ejercicio tomando una densidad menor, como la de Buenos Aires, tendríamos que esta única megaciudad abarcaría hoy la mitad de la península Ibérica, y prácticamente la colmataría en 2050.



Pero para saber cuánto ocupan realmente nuestras ciudades hemos de pasar de las hipótesis a la realidad, tarea nada sencilla, dada la disparidad de cifras entre las diversas fuentes de información que han abordado esta cuestión.

Según recogía la ONU en uno de sus últimos informes sobre la población mundial, actualmente se encontrarían urbanizados unos 3,5 millones de km², un 2,8% de los 129 millones de km² de tierra emergida, (descontadas Groenlandia y la Antártida), y, descontando ese 50% de la humanidad que vive en el medio rural, la densidad media real de las ciudades en el mundo sería en consecuencia en torno a unos 1.000 habitantes/km², correspondiente a un tipo de urbanización muy dispersa y derrochadora de suelo, bastante inferior a la de las urbes compactas que hemos utilizado como ejemplo.

Si en 2050 esta cifra se duplicara de acuerdo a este patrón, se encontrará urbanizada una superficie equivalente a la de Australia.
 



He de decir que me sorprendió el citado 2,8% señalado por Naciones Unidas, por elevado, de tal modo que traté de contrastarlo, encontrado otros estudios que mediante fotografía aérea estiman la superficie urbanizada actual en el 0,51% del total, lo cual situaría la densidad media urbana en 5.000 hab/km², algo más acorde con la concepción que podemos tener todos del término “ciudad”.

Por último un tercer estudio, esta vez de la FAO, arroja una cifra intermedia: según el siguiente desglose los asentamientos humanos ciudades ocuparían en la actualidad una superficie de un millón y medio de km², equivalente a la de países como Mongolia o Irán, el 1,17% de la tierra.




Evidentemente estos parámetros globales tienen una gran variabilidad geográfica, en función de lo urbanizado que esté un territorio. Aquí se puede ver cómo España pasó de tener un 3,70% de superficie "artificial" (ciudades+infraestructuras) en el año 2000, a tener un 4,18% en 2006.

En cualquier caso, el impacto de las ciudades no se limita a la mera ocupación de suelo, ¿qué ocurre cuando una persona emigra del campo a la ciudad?
1.-en primer lugar pasa generalmente de tener cierta autosuficiencia alimentaria a ser un ciudadano dependiente, cuyos bienes más básicos: agua, alimentos, energía, han de ser generados lejos y transportados hasta él.
2.-en segundo lugar sus estándares de consumo se incrementan, pues además de ver crecer normalmente su prosperidad económica, pasa a ser usuario de unas infraestructuras comunes que de por sí precisan elevados insumos. Vemos así como hay una desproporción desfavorable entre el peso demográfico de las ciudades, y su participación en los consumos globales (al igual que la hay, en sentido favorable esta vez, en su contribución al PIB de cualquier nación).





Es bien conocida la cuantificación de la huella global de la humanidad, de 1,6 planetas. Esto significa que nuestro sistema no colapsa únicamente porque, una vez consumidos los recursos que el planeta regenera cada año, recurrimos al stock acumulado en los millones de años pasados: la energía no renovable, ciertos minerales escasos, o el “agua fósil” extraída de acuíferos a grandes profundidades, sobreexplotándolos más allá de su nivel de reposición, son buenos ejemplos de cómo año a año reducimos paulatinamente nuestros capital de materias primas. 

En definitiva, aunque no creo que haya nadie que aún lo dude: una población creciente frente a unos recursos finitos debe dirigir todos sus esfuerzos a  incrementar su eficiencia para ser viable. De cómo lograrlo tratará la Smart City World Expo 2012 de Barcelona a la que asistiremos.





miércoles, 17 de octubre de 2012

Pulsos

¿Es más "violenta" la democracia o la dictadura?, no en términos de violencia física evidentemente, sino en lo concerniente al uso de la confrontación competitiva o pulso interadministrativo como sistema de gobierno. Me refiero (una vez más) a la vieja dicotomía entre decisiones top-down vs sistema participativo/multipolar.




El ejemplo de La Defénse es bastante elocuente, originada en 1958 como iniciativa del gobierno central, pero gestionada en la actualidad en función de un auténtico pulso entre 6 municipios y dos entidades gestoras. ¿En un mundo global es este método más o menos exitoso que la forma china de generar polos de actividad económica?

En ambos casos existen perderores, la frustración es inevitable cuando se dan diferentes puntos de vista respecto a una decisión y se tiene que acabar imponiendo uno de ellos, pero lo ópimo es que la propuesta vencedora sea una mezcla equilibrada que recabe una visión poliédrica y consensuada lo más justa posible, en lugar de imponerse la visión única. Además, en el caso del sistema democrático/liberal/deportivo los perdedores han contado con la oportunidad de tratar de convencer a los demás, y si aún así "pierden", les queda el consuelo de que la opción resultante ha sido la ganadora en un proceso abierto, y por tanto si no es la mejor propuesta, sí es al menos la más aceptada.

Los más críticos pondrán en cuestión hasta qué punto los procesos en democracia son abiertos, o si se da una igualdad de condiciones entre poderes, así como la suficiencia de la formación e información de los agentes con voto; esta reticencia se ve refrendada porque aquí sucede como en la economía de mercado: las imperfecciones del sistema son la regla, no la excepción.

...mientras tanto, lo que puedo asegurar es que en París sienten nostalgia por el método Charles de Gaulle.

sábado, 29 de septiembre de 2012

...150 años no son nada

Gustave Doré
Quería hacer una comparación entre el urbanismo industrial europeo del siglo XIX y el de las nuevas áreas productoras del siglo XXI, fijándome en el paradigma de la ciudad prohibida de Foxconn, en Senzhen, China, y poniendo el foco en la relación que hay entre ordenación espacial y calidad de vida de los habitantes/trabajadores... pero en el lugar en el que se fabrican 300.000 cámaras para iPad al día, sus 400.000 trabajadores tienen prohibido hacer fotografías, así que la búsqueda de referencias ha resultado totalmente infructuosa, y, aunque la zona es visible en Google Earth, por supuesto no hay disponible, ni la habrá, vista de Street View.

Foxconn es opaco, así que nada, ahí queda al menos la intención, a la espera de que algún periodista de investigación le eche valor y se trate de infiltrar algún día.




martes, 4 de septiembre de 2012

World Urban Forum

Nápoles: vitalidad, caos, pandillas de niños felices jugando en las calles, conductores molestos, enjambres de motoristas que buscan sus atajos por encima de las aceras, turistas entre asustados y fascinados, suciedad, parejas enamoradas que ocupan cada banco y esquina, un puerto enorme y obsoleto que oculta la vista de la bahía y de Capri, pero sobre cuyos silos asoma el Vesubio, tan próximo.

Conocí la organización de Naciones Unidas centrada en el estudio de asentamientos humanos, UN-Habitat, a raíz de sus premios a las mejores prácticas, a los que todo urbanista aspira. Años más tarde he tenido la oportunidad de asistir a su 6º forum, celebrado bajo el lema "the urban future". En él se han analizado los retos y dificultades que afrontan las ciudades del presente, y su tendencia a agudizarse ante la ola de crecimiento urbano (en muchos casos desordenado) que se prevé. Se ha realizado un diagnóstico bastante certero de los problemas, en torno a la preocupación común por hacer extensivas la prosperidad y la equidad, pero si algo echo en falta ha sido una batería de soluciones y propuestas sobre las que debatir, o al menos el análisis de casos de éxito. Por otro lado, y sin querer insinuar que lo siguiente guarde relación con lo anterior, la composición de los ponentes ha sido la simétrica a la de otros foros a los que he asistido recientemente: había una gran presencia de organizaciones civiles de base (asociaciones ciudadanas, ONGs, etc.), bastante representación gubernamental (administraciones locales ante todo), pero escasísima asistencia del mundo empresarial.

Me voy con ganas de hacer todo lo que modestamente esté en nuestra mano para contribuir a que eso cambie, pues las mejores soluciones surgen siempre de la colaboración entre todas las partes de la sociedad, empresas privadas incluídas, sin duda.


miércoles, 29 de agosto de 2012

SOS ciclistas


Mucho Plan de Movilidad Sostenible durmiendo en el cajón, pero hasta que no se incluyan en las ordenanzas los cuartos de bicicletas a nivel de la calle obligatorios en cada edificio (vale con un sector del garaje destinado a ello), y la limitación EFECTIVA a 50 km/h en ciudad, junto con carriles bici conexos, en España seguirá siendo osado el usar la bici como medio de transporte habitual... ¡¡si ya lo es cogerla de dominguero!!: 1)rescátala del trastero/balcón*, 2)métela (en vertical) en ese microascensor de 1x1,  3)sal a la calle, juégatela con el tráfico, y 4)apárcala confiando en que siga ahí cuando vuelvas (ya me robaron una hace años, y con esta crisis la "malincuencia" es de esperar que vaya a peor)... una odisea que podría en gran parte resolverse desde el ámbito del urbanismo.


*¿para qué narices sirve un balcón de 0,90 m de fondo si no es para guardar la bici y un par de bombonas de butano?, piensa la gente, no sin razón, ...y rematan con un ¿qué más dan la escena urbaba y demás milongas?

miércoles, 15 de agosto de 2012

Eficiencia en el transporte

Tenía pensado rematar durante estas vacaciones una entrada que comencé hace unos meses. El hilo conductor era más o menos el siguiente:

1)Es tan evidente que nos quedamos sin petróleo y que no hay una fuente energética sustitutiva madura, como que al hijo predilecto de la mayor empresa del mundo, el iphone, no le dura más de 24h la batería... y eso de momento no hay optimismo tecnológico que lo arregle.

2)Clasificación de los sistemas de transporte según variables: colectivo/individual, público/privado, rígido (líneas preestablecidas)/discrecional. Descripción del problema de los últimos km en los sistemas de gran capacidad, tanto para pasajeros como para mercancías, que se quedan en estaciones terminales aún lejos de su destino final. Soluciones para alcanzar la capilaridad demandada (inconveniente del tiempo empleado en el intercambio modal); soluciones puerta a puerta, y ruptura de la premisa del vehículo en propiedad (car sharing).

3)Tabla comparativa de sistemas de transporte de pasajeros:

Filas: automóviles (diesel, gasolina, híbrido y eléctrico), autobus y trolebus, ffcc (convencional y alta velocidad, metro, tranvía... quizá maglev), avión, barco, a lo que añadiría otro par de elementos "exóticos" para dirimir la comparación entre ambos, como son el helicóptero y el dirigible, no empleados como alternativas de transporte, sino con otros fines.

Columnas: velocidad máxima y media efectiva, capacidad, ocupación promedio considerada, masa total desplazada/pasajero, energía/pasajero•km, y CO2/pasajero•km.

...añadir la repercusión del coste de la infraestructura base (aeropuertos, carreteras, puertos) por los millones de pasajeros transportados al año ya hubiera sido la guinda.

4)Otra tabla similar para transporte de mercancías, incluyendo el transporte por tubería.

5)Conclusiones: identificación de los sistemas más eficientes en un escenario de >200$/barril

6)Nuevas propuestas, visiones de futuro: ciudad sin coches (vuelta a una "situación años 60" en cuanto a automóviles/1000habitantes, sin llegar a apostar por la vuelta al caballo, como preconiza el decroissance (y los amish, je je), movilidad ciclista, sistemas colectivos discrecionales, etc.

Pero todo esto choca con dos factores:

1)Nunca dedico más de 2 ó 3 horas a cada entrada, por no hacerlas ilegibles y porque sólo pretendo compartir intereses, curiosidades, no acometer una tesina.

2)Estas vacaciones se las debo a la familia, quiero pasar todo el tiempo que pueda con mi mujer y mi pequeñina.

...así que todo este plan lo dejo en la introducción que tenía escrita, aderezada con algunas fotografías curiosas de dirigibles, que me encantan desde que estuve en Friedrichshafen allá por el siglo pasado... ahí va:

-----------------------------------------

Sería redundante hablar aquí sobre el pico de Hubbert, o sobre el previsible oil crash al que estamos avocados. Existen miles de páginas sobre ello. Un solo vistazo a este gráfico es suficientemente elocuente: desde la década de 1960 el número de nuevos yacimientos identificados es claramente insuficiente para responder a la demanda, el petróleo que corre por nuestras venas se acaba.



Tampoco quiero hablar de la influencia que tuvo el incremento del precio del crudo en 2008 como uno de los factores desencadenantes de la crisis financiera y económica que se ha instalado en nuestras vidas.

De lo que quiero hablar es de soluciones a nuestro problemas presentes y futuros en el campo del transporte, consumidor del 40% de la energía total que precisa nuestra sociedad (y de 2/3 del consumo total de petroleo).

------------------------------------------------
Y aunque en "ideas, ideas, ideas" no haya logrado convencerte, primo, de sus bondades, cierro la edición, con unas fotografías del rey de la eficiencia, el glorioso y fotogénico dirigible, que quizá algún día resucite:





sábado, 11 de agosto de 2012

Arquitectura low cost

Sostengo que los bienes de masas tienen mayor efecto en sus respectivos sectores que los bienes elitistas/premium.

Así, los diseñadores de Zara y H&M tienen mayor influencia sobre cómo viste la gente que los diseñadores de alta costura. Podemos debatir también si los segundos innovan y crean tendencias que más tarde popularizan los primeros, pero ni siquiera en este papel de "rompehielos" creo que los diseños minoritarios desempeñen un gran papel, porque juegan bajo la presión autoimpuesta de seguir siendo "exclusivos", y por tanto tienden a desmarcarse voluntariamente de las líneas que podrían responder a lo demando por la mayoría (aunque esto les lleve a veces a atentar contra el sentido común).

La arquitectura no es distinta, aunque las revistas especializadas y los profesores universitarios tengan puesta la mirada en las diez obras más emblemáticas que se proyectan cada año en los rincones más punteros del planeta, la realidad, el 99% de la masa edificada, es el producto de la colaboración de arquitectos, promotores y técnicos municipales anónimos. Por eso su trabajo es importantísimo.

El resultado conforma el paisaje urbano que percibimos al habitar o visitar una ciudad: verbigracia las terribles azoteas que refleja Antonio López SON Madrid (y podrían por su aspecto ser Argel), tanto o más como el Caixaforum de Herzog&De Meuron o el Círculo de Bellas Artes de Antonio Palacios.

En una gran ciudad esta masa estará trufada por algún hito de autor, en ocasiones contrastando tanto con su entorno como para llegar a eclipsar a la edificación residencial colindante, como es es caso del Guggenheim de Bilbao, o el Reina Sofía en Madrid.

Sin embargo en una pequeña ciudad estos hitos no existen, y la masa conforma el 100% de lo que observamos, por lo que deberíamos exigir unos estándares mínimos de coherencia con el entorno, de respeto estético (un papel que en teoría juegan las ordenanzas de la edificación, sin duda de manera fallida en nuestro país).

Lo que me ha llevado a escribir esta entrada es el deterioro de una conurbación lineal como la de Denia, que conozco desde que era niño. Ya no es sólo que eche de menos los huertos de naranjos que se alternaban con pequeñas urbanizaciones de estilo ibicenco... sino que aquellas urbanizaciones guardaban cierta armonía entre sí (entonces promotores como CHG o Villas Ferrer apostaron por el estilo ibicenco en los 70 y 80), y contaban con una jardinería que se proyectaba hacia el espacio público. 

Ahora todo es un contínuo urbano a lo largo de 12 km de litoral (sin que se haya conseguido cambiar el carácter de la carretera de Les Marines CV-730 por el de una avenida urbana), pero lo que me parece verdaderamente desolador es la masa cada vez más vertical que ha llenado ese contínuo... ¡paradojicamente lo diseñado hace 30 años da mil vueltas a lo proyectado en los 2000!, y como una imágen vale más que mil palabras, ahí va la prueba de la involución:

Ejemplo, proyecto del año 1985


Construcciones años 2000-2007

sábado, 4 de agosto de 2012

Steve McCurry y el agua

Su falta seca hasta las lágrimas, abrasa la garganta, llena el aire de polvo, y mata de sed las cosechas.

Su exceso nos ahoga, nos hace añorar el sol abrasador, arrastra, ablanda, diluye o corroe todas las obras del hombre.








jueves, 19 de julio de 2012

La ciudad de los niños

El título de esta entrada es un homenaje al pensamiento de Francesco Tonucci alrededor de la deriva urbanística que ha devenido en unos entornos urbanos hostiles a la infancia, que deberíamos revertir.

 

En la infancia se tiene otra percepción distinta del mundo: el tiempo parece infinito, está ralentizado porque todo llama la atención, hay muchas más novedades en el día. Cuando ya de mayores viajamos suele ocurrir de nuevo esto: una semana parece un mes, porque la mente ha salido del circuito de la rutina, y vuelve a estar atenta al entorno. Tratar de mantener la mirada del niño sería bueno para todos nosotros, eliminaríamos los filtros que criban la información que nos llega a la parte consciente de nuestra mente, y así nos asaltarían preguntas que no nos hacemos: ¿por qué lleva ese solar de al lado de casa tantos años sin ningún uso? ¿a quién pertenecerá?, y, si su dueño no lo edifica, ¿no podría recuperarlo el ayuntamiento y ajardinarlo?...en el barrio casi no hay parques; (en este punto cabría darle una charla al niño curioso sobre propiedad privada y calificación del suelo, esas cosas de mayores que a veces van tan en contra del sentido común).

Seguridad, diseño, accesibilidad, contenido y uso del espacio público... del urbanismo dependen todos estos factores interrelacionados. Si fuésemos tan sabios como los pequeños, insisto, nos preguntaríamos también porqué las ciudades no están hechas para poder ir a cualquier lugar andando. Teo -el protagonista de las lecturas pedagógicas de los 80- lo hace: él vive en esa ciudad ideal tan segura como para poder jugar en la calle, y en la que el trabajo de sus padres, el cole, las tiendas y el parque están a pocos minutos caminando desde su casa. "Vive en un tejido urbano mixto, diverso, equilibrado", diría un mayor, en esa misma jerga en la que le podríamos explicar a quien lo pregunte que muchos barrios nuevos no tienen jardines próximos a las viviendas porque "al computar ya como zona verde el perímetro que separa al barrio de las autopistas que lo rodean, se cumplen los estándares del reglamento, y no hace falta insertar zonas ajardinadas a costa de parcelas edificables". Incomprensible pirueta numérica, (y trístemente real). 





Todo para el coche. 
Hay un chiste que dice que el 'urbanista' más influyente del siglo XX ni siquiera aspiraba a serlo: Henry Ford. A que sus criaturas transiten o dormiten hemos sacrificado gran parte del espacio de nuestras ciudades, y ellas han posibilitado todo un modo de vida, el de la dispersión urbana. Barrios alejados, a los que uno llega en su vehículo del trabajo o de la compra, aparca en su garaje, y llega a su vivienda sin haber pisado la calle; el lugar de todos se queda vacío, y se sustituye por la comunidad cerrada, la recreación de la plaza del pueblo donde, esta vez sí, los niños pueden jugar (únicamente con niños de su misma clase, claro está). Nunca se sale a pasear alrededor de la urbanización, porque no hay a dónde ir, tan solo comunidades y más comunidades al otro lado de los muros... sin la vigilancia que supondrían las ventanas de los vecinos, la calle sin tránsito se vuelve un lugar inseguro.

Un niño no sabrá de urbanismo formal, pero está cargado de espontaneidad, de capacidad de observación, y de creatividad. Desde plataformas como Otro Hábitat o Chiquitectos tratan de canalizar toda esa capacidad para transformar las ciudades de hoy... o de mañana.

domingo, 8 de julio de 2012

Diversidad comercial

Por desgracia es bastante frecuente viajar y tener la sensación de haber estado ya en un lugar: de una ciudad a otra se repite la típica calle peatonal que aglutina a las mismas 10-15 marcas universales: moda (emporios de Inditex y H&M), cafeterías (Starbucks, Dunkin' Donut) y fast food (las hamburgueserías conocidas por todos).

La homogenieidad se extiende desde la calle Larios de Málaga hasta Kaufingerstrasse de Múnich, pasando por Portal del l'Àngel en Barcelona, o aquella Váci Utca de Budapest... como si una apisonadora las hubiera recorrido para igualarlas. La diversidad y los endemismos pierden, desaparecen.

En estos meses se debate sobre la libertad de horarios en Barcelona y Madrid, y no tengo una opinión conformada. Por un lado me aburre y me apena la globalización comercial (y si se abre la veda de horarios ya sabemos quiénes serán los perdedores y quiénes los supervivientes). Por otro me pongo en el papel de consumidor -en definitiva son ellos quienes han erigido a esos comercios como "vencedores", algún tipo de conveniencia o seguridad ofrecen- y además recuerdo que el horario en el que puedo hacer compras es algo limitado. Pienso también lo triste que me parecía durante los fines de semana de invierno la ciudad de mi infancia, Teruel: calles vacías sin actividad, debido en parte a que el comercio permanecía cerrado hasta el lunes.

Cierro con un aplauso para los negocios familiares que logran sobrevivir a estos tiempos que corren (en Madrid me fascina por ejemplo la buena salud de "productos quimicos Manuel Riesgo" o el mitico Pontejos), y otro por las nuevas tiendas que optan por respetar la configuración del comercio al que han sustituído, manteniendo su memoria, como por ejemplo hace Óptica Toscana en la c/Hortaleza).
 

Esta fotografía está tomada del blog de David Pallol, el resto las hice con el teléfono, y como se ve están hasta borrosas




¿Banderas y medallas?... sin duda un de las tiendas más marcianas que me he encontrado
 


martes, 3 de julio de 2012

Objetivo: configurar ciudades más habitables


El vivo debate en torno a la evolución necesaria y deseable de nuestras ciudades pivota sobre un objetivo común: resolver los problemas actuales de convivencia y uso de las urbes, y lograrlo disminuyendo los recursos empleados. En relación a este objetivo - el QUÉ - hay un relativo consenso.

Es el CÓMO, su instrumentación, lo que hace aflorar debates tan antiguos como la dicotomía entre la acción pública y la privada, o entre la decisión centralizada descendente, frente a la descentralizada y ascendente.

Afloran cuestiones organizativas -ideológicas- a las que se lleva dando vueltas casi tres siglos, desde la Ilustración hasta hoy, siguiendo una línea serpenteante que hilvana y contrapone las ideas de Rousseau, Adam Smith, Marx, Hayek, o Peter Hall.

Me permitiré caricaturizar en este, mi blog personal, los resultados más extremos de ambas concepciones:

A la derecha del ring, el liberalismo a ultranza, que ensalza al individuo como máximo soberano, primer y último órgano decisor, cuyo esperpento es ese miembro de la asociación nacional del rifle que se arma para defenderse de la supuesta amenaza del gobierno central. Fruto de la acción individual descoordinada (y de la inasistencia de la colaboración pública donde hubiera sido requerida) han surgido de manera espontánea la mayoría de los suburbios, slums y aglomeraciones desordenadas que circundan las ciudades de los países en desarrollo. En Madrid las caóticas tramas urbanas de Tetuán o Vallecas son dos testimonios claros de este patrón aleatorio de crecimiento.

A la izquierda del ring tenemos la concepción opuesta: el racionalismo centralizador de Le Corbusier,  Lucio Costa o Robert Moses, la apisonadora que ignora las preexistencias y que actúa amparada por los macroestados totalitarios o por supuestas democracias que en realidad ignoran la voluntad de la ciudadanía, dejando en manos de una élite minoritaria la interpretación de lo que es mejor para la sociedad. Bajo este paraguas ensombrecedor se planificaron aberraciones pensadas más para el vehículo privado que para el ciudadano, se trazaron planes "grandiosos" para París, Berlín, Brasilia o Moscú, y se deterioró el medio ambiente en la era de energía barata de la que estamos saliendo.

MIT Senseable City Lab


En contra de lo que algunas voces temen, el concepto de Smart Cities no lleva anidado per se una componente centralizadora orwelliana en línea con la segunda de estas dos concepciones urbanísticas. Identificar y aprovechar las nuevas oportunidades que se nos presentan gracias a la disponibilidad de datos e información sobre el funcionamiento de las ciudades no implica necesariamente que sea un organismo único el que haga un uso exclusivo de la información, celosa y opacamente guardada por esta misma entidad, actuando en monopolio, ya sea éste privado o gubernamental.

La ciudad no puede ser interpretada bajo un único prisma. La contraposición entre el ciudadano y el poder centralizador es artificial, ambos comparten en realidad intereses comunes. Además, al plantear esta disyuntiva estamos dejando fuera de consideración un amplio espectro de agentes que tienen mucho que decir: en base al asociacionismo se pasa del individuo a las agrupaciones de vecinos, o de comerciantes, o de consumidores/usuarios, que deben jugar un papel destacado en el debate sobre la transformación de la ciudad consolidada y sobre la mejora de servicios y equipamientos.

Como ya destacaba en una anterior entrada: si la información se abre a todos los agentes, y si el sistema se retroalimenta con el feedback cargado por los ciudadanos lograr mejoras en la gestión urbana apoyándonos en las TIC no es en absoluto incompatible con que la ciudad sea "de/para los ciudadanos", es más, las nuevas tecnologías favorecen los procesos de "abajo a arriba", y pueden lograr que las propuestas de los usuarios lleguen a ser escuchadas, y que su influencia y participación se vean favorecidas y ampliadas.

Ha de pasarse del miedo por el excesivo control del pulso vital de la ciudad (consumos de agua y energía, movilidad, dinámica socioeconómica), a la confianza en que una mayor monotorización y análisis de los datos posibiliten que surjan nuevas ideas y oportunidades que nos harán a todos la vida más cómoda.

MIT Senseable City Lab

martes, 26 de junio de 2012

La tecnología como herramienta básica de desarrollo de las Smart Cities

Asistimos a una verdadera "explosión cámbrica" de sistemas de monitorización y gestión de los servicios urbanos (Archestra de Wonderware, o las aplicaciones de Bilbomática o de Atos, por citar a las tres que han presentado sus soluciones en las jornadas de hoy de la Fundación Dintel), es algo propio de todo ciclo tecnológico en su fase inicial.

Los retos de cara a los próximos años: la estandarización y la integración. Dado que la tecnología no es un fin en sí misma, sino un medio que tiene unos usuarios muy bien definidos- decisores políticos, ciudadanos y empresas concesionarias gestoras de las infraestructuras- tras esta explosión de diversidad debe darse una fase de selección natural que cribe las aplicaciones más adaptables, útiles y transversales. En esta pugna es previsible que triunfen las plataformas abiertas basadas en una filosofía colaborativa, enriquecidas gracias al feedback de sus usuarios.

En paralelo, los gobiernos municipales están haciendo ya esfuerzos de coordinación para no volver a inventar "n" veces la rueda, lo ha expuesto Íñigo de la Serna, alcalde de Santander, al presentar la iniciativa de la Red de Ciudades Inteligentes de España a la que se han adherido 24 municipios, y que distribuye sus líneas de trabajo y desarrollo entre sus miembros para compartir sus experiencias a medida que se recorren las curvas de aprendizaje en los respectivos proyectos piloto.

Visualización del Tráfico en Lisboa-Pedro Miguel Cruz

lunes, 18 de junio de 2012

Nuevo urbanismo: medir para optimizar

EL HECHO DE PARTIDA:
Eminentes urbanistas manifiestan suspicacias frente al concepto de nueva ciudad inteligente, sin entrar a discutir individualmente cuáles de las medidas concretas que lo conforman son cuestionables desde su punto de vista, sino rechazando el concepto Smart City de pleno y en conjunto.

En realidad una réplica a este rechazo debería descender a pormenorizar la batería de propuestas que analizan las diversas facetas del metabolismo urbano, y que yo estructuro según 4 grandes campos: movilidad (pasajeros y logística de mercancías y de RSU), ciclo del agua, ciclo de la energía, y flujo de capitales/consumo, pero al no haber llegado el debate a esta concreción, me quedaré yo también en el nivel más generalista.


LOS ANTECEDENTES:
Se justifica el resquemor de estos grandes expertos del urbanismo tradicional como reacción al discurso de ciertas empresas, como CISCO, SIEMENS o IBM, en el que dejan (demasiado) patente su sesgo comercial... al fin y al cabo su objetivo es ofrecer/vender sus productos/servicios en el campo de la gestión urbana. Sin embargo esto no debería parecernos en sí negativo, en tanto se refleje en mejoras patentes para los ciudadanos, y para el conjunto de la sociedad.

UNA NOVEDAD INJUSTAMENTE MAL RECIBIDA:
Sin llegar al extremo de los antimaquinistas que arengaban a destruír los recientes telares en la Inglaterra de principios del s XIX, la reacción en algunos casos es verdaderamente virulenta. Un ejemplo de esto es el artículo "Smart Cities, los inventos del TBO", del catedrático José Fariña, caricaturizando una ciudad en la que el protagonismo pasa del ciudadano a los sensores electrónicos (...¿y del arquitecto al ingeniero en el ámbito del diseño y la planificación?).

¿Resultaría verosímil que la aparición de los semáforos, de los programadores de riego, o de los cuadros de mando para alumbrado dotados de fotómetro y reloj astronómico hubieran despertado rechazo en su día?. No he detectado tampoco una reacción contraria a las medidas de domótoca destinadas al ahorro energético en edificación, a las mejoras en los automóviles basadas en sensores electrónicos, o a la informatización de los órganos administrativos del Estado, las ventajas en estos casos son justamente reconocidas.

A mí, que me encanta el debate, me gustaría poder atraer hacia el positivismo quienes se manifiestan más escépticos; para ello he de llegar a comprender su línea argumental, a desgranar sus reservas y prejuicios, y a desmontar los errores en que pudieran incurrir.

UNA MALA ANALOGÍA:
Las reticencias recogidas en el citado artículo se apoyan en la paradoja de Jevons, según la cual el incremento de eficiencia en el uso de un determinado recurso puede venir acompañado de un notable aumento de su demanda y consumo global (o incluso desencadenar dicha escalada).

En el ejemplo del automóvil, desde el momento en que éste deja de ser exclusivo de las clases más pudientes y se hace extensivo a la clase media a partir de los años 50-60, a pesar de que individualmente cada modelo consumiera la mitad que sus predecesores, al aumentar exponencialmente el numero de ellos, el consumo global de combustible también se multiplicó.

Sencillamente, la paradoja de Jevons no es aplicable al campo del urbanismo, en tanto se refiere a bienes de consumo en fase de implantación/expansión (evolución creciente desde un consumo nulo hasta un consumo X). El metabolismo urbano YA está funcionando (el "homo consumidor" ya existe- cuestión aparte es el problema demográfico- no es por tanto comparable a un "producto" que pasa de tener un impacto 0 a 100 en su etapa de implantación, como lo fueron el automóvil o la locomotora en su día). Así, toda nueva medida que surja y que logre reducir los insumos que YA se están produciendo ha de ser bienvenida... no puede existir paralelismo entre el aumento del consumo de petróleo/carbón en el pasado desencadenado por la mayor asequibilidad del transporte, con el de los consumos energéticos/hídricos de las ciudades ya existentes, o de los nuevos desarrollos donde, en cualquier caso, el ciudadano asimilado pasa a precisar unos insumos menores que en la vida en el medio rural (recordemos de nuevo las bondades en este sentido de la ciudad compacta, según el modelo mediterráneo).

LA CIUDAD ES DE LOS CIUDADANOS... Y LO SEGUIRÁ SIENDO:
Por último, lograr mejoras en la gestión apoyándonos en las TIC no es en absoluto incompatible con que la ciudad sea "de/para los ciudadanos", es más, las nuevas tecnologías favorecen los procesos de "abajo a arriba", y pueden lograr que las propuestas de los usuarios lleguen a ser escuchadas, y que su influencia y participación se vean favorecidas. El rechazo a las posibilidades que nos ofrece la tecnología, como si se tratara de despertar al SKYNET de la saga de J. Cameron, o los reparos a la pérdida de privacidad, son en mi opinión infundados, dado el vigente y protector marco legal.

EL QUID: PASAR DE LOS DATOS A LA INFORMACIÓN... Y DEL CONOCIMIENTO A LA ACCIÓN:
El verdadero problema radica, como suele ocurrir, en la limitada capacidad "humana" de "digestión" de los datos monitorizados, la respuesta al ¿qué hacer con ellos?, ¿se dispone de capacidad de gestion y de gobierno?.

Tenemos los medios técnicos, ¿pero existen la voluntad política y la capacidad para tomar decisiones que mejoren la ciudad, y hagan más fácil la vida de los habitantes de nuestras "smart cities"?. Afortunadamente cada vez podemos encontrar más equipos de gobierno que apuestan fírmemente por ello, como en Santander o Málaga.
 
Es fundamental recordar que de nada sirve tener "n" sensores de contaminacion si los datos, una vez interpretados y transformados en información, no llevan a una toma de decisiones inteligentes que hagan cumplir los objetivos de reducción de la polución, del mismo modo que no sirve de nada invertir 70 millones de euros en un túnel urbano si posteriormente se permite que su embocadura sea un perpetuo atasco debido al estacionamiento en una doble fila permanente... a la vista de las correspondientes webcam. Son dos ejemplos de cómo en demasiadas ocasiones los problemas de nuestras ciudades no se deben a una falta de información, o a su extremo contrario: el exceso de monitorización que tanto temen los detractores de las Smart Cities, sino de cómo tratamos los datos recabados, y de si los gestores sacan conclusiones y actúan en consecuencia.

Al fin y al cabo, éste es el factor común de tantos problemas... ¿acaso los objetivos del milenio (erradicacion del hambre, educación universal, acceso al agua potable) no responden a problemas no técnicos, sino políticos/de gestion?

La tecnología es una herramienta imprescindible -complementaria y no sustitutiva del factor humano- con enorme potencial de cara a mejorar la sociedad, empleémosla sacando todo el provecho que nos pueda dar, sin prejuicios.


sábado, 2 de junio de 2012

Innovación

He sido siempre admirador de los grandes consorcios industriales, diversificados y longevos (o quiza, por diversificados, longevos): Mitshubishi, uno de los motores de la era Meiji, que tras 150 años en funcionamiento es capaz de fabricar tanto equipos de ingeniería nuclear, como la tuneladora de mayor diámetro del mundo, empleada en la M-30; General Electric, continuadora de la labor iniciada por Edison, o Siemens, investigando e inventando desde siglo XIX, hasta hoy, a lo largo de una prolongada carrera que comienza antes incluso de la exposición universal de Berlín de 1879, donde presentó el primer tren eléctrico, y que sigue en vanguardia hoy en día explorando las posibilidades englobadas bajo el concepto abierto de Smart Cities.



Reconozco que admiraba a estas empresas también en parte por idear, construir y vender bienes físicos... ya que a los ingenieros siempre nos ha tirado mucho el "hardware": el acero, lo tangible... la base dura de la exportación. (Atención: sector secundario en España=15% del PIB, Alemania=37% ¿quién está a punto de intervenir a quién?)

Fue más adelante, al empezar a trabajar en el sector de la consultoría-un servicio al fin y al cabo- cuando comencé a valorar más que antes el mérito de aquellas otras empresas que no producen ni venden nada físico más allá de los kg de papel que contienen sus proyectos, análisis e informes (hoy ni siquiera recogidos sobre una base material, sino electrónica, tan etérea como las ideas que generan y comercializan).

Las ideas y los servicios son un producto tan importante o más como los equipos ensamblados en grandes factorías (y cuyos prototipos surgieron de un proceso creativo similar), de hecho no son pocas las empresas -como IBM- que abandonaron hce ya tiempo su rama de producción física para pasar a vender ideas, a asesorar.

Y llego finalmente al nexo de unión de ambas actividades: el verdadero valor añadido lo genera siempre la innovación, es la clave del éxito en industria y servicios. La constante investigación y sus resultados constituyen el factor común del éxito y de la longevidad de las compañías. En el momento en que aportas soluciones a problemas existentes, en que respondes satisfactoriamente a una necesidad, o la creas con el objeto de contribuir con un nuevo y enriquecedor producto o servicio a mejorar la vida de los ciudadanos, ya sea éste un nuevo dispositivo electrónico, o una mejora en la asesoría medioambiental a los gobiernos, por poner un ejemplo de producto "físico" y otro de servicio "inmaterial", el éxito está garantizado. 

Como decía alguien... "lo que hace falta para que este país pueda salir de la crisis es montar una serie de garajes como aquellos en los que nacieron Apple, Google o Hewlett Packard". 

Afortunadamente, empresas tan potentes como BBVA se han planteado ya montar ese tipo de "garajes"